DISFRAZARSE Es divertido y educativo

Dizfraz

Jugar a disfrazarse es indispensable en la vida de los niños pues  contribuye a su desarrollo emocional y cognitivo. Cuando los niños se visten de un personaje y se imaginan una historia con ese disfraz, está dando rienda suelta a su fantasía, a su espontaneidad y a su creatividad.

Hasta los seis años, en el mundo infantil  impera  la imaginación: se inventan compañeros de juego invisibles y disfrutan  creando personajes y situaciones.

Además de divertido, disfrazarse es un método maravilloso para que los niños expresen sus sentimientos y emociones. Por eso es uno de los recursos que más utilizan los terapeutas infantiles para ayudar a los pequeños a vencer los problemas de relación como la timidez y los miedos.

También es la manera más fácil de enseñar a los niños a ponerse en el lugar de los demás, lo que les ayuda a tener más empatía y a integrarse mucho mejor en el mundo que les rodea.

Y hay algo más, muy interesante: el disfraz puede ayudar a descubrir cómo percibe el niño a los adultos que conviven con él. Observar a los hijos cuando se disfrazan de papá o de mamá y actúan  como tal, puede ser realmente  sorprendente,  la imagen que tienen  de sus progenitores   llevará  a la  reflexión sobre  la relación que mantienen con sus hijos.

A casi todos los niños les gusta disfrazarse, pero también es cierto que algunos disfraces pueden asustarles, como los de monstruos y fantasmas y los que les tapan la cara. De hecho, a  edad temprana a la mayoría aún prefieren los que llevan la cara al descubierto.

Si al niño le da miedo un disfraz, no hay que obligarle a llevarlo, porque su fantasía puede intensificar sus temores y hacer que tarde más en superarlos. Y, del mismo modo, si lo rechaza porque le da pena, también hay que respetarlo. Lo mejor es que él elija el traje que más le guste. Así disfrutará al máximo de la interesante y divertida experiencia de ir vestido de otro.