C on la llegada de un nuevo miembro a la familia se generan cambios y lo ideal es aceptarlos, vivirlos y disfrutarlos. Parece mentira pero quien protagoniza la llegada de otro bebé a casa resulta ser el hermano mayor. Y eso por qué? Pues indiscutiblemente es el miembro más pequeño y generalmente no tiene la menor idea de lo que está por venir y resulta ser entonces el foco de atención en el hogar.
Cuando se habla de cambios se hace referencia a una a cantidad de comportamientos nuevos en cada uno de los miembros de la familia, que muchas veces tildamos de extraños y resultan ser muy comunes, sobre todo en el que ahora es el protagonista: el hermano mayor.
A la hora del nacimiento se dan cuenta que es realmente otro ser quien está en la familia, que mamá ya no tiene la misma fuerza y está más ocupada que antes; la casa esta reestructurada porque hay un nuevo mobiliario, aparecen nuevos juguetes que generalmente ya no son de su interés, es decir hay cambios radicales.
De un día para otro se presentan entonces algunas conductas en los pequeños como los celos fraternos, y empiezan a preguntar y para mí? Eso es mío?. Luego exigen más atención de mamá, papá y abuelos porque han ido perdiendo la exclusividad, ya hay otro en casa que también demanda atención y a ese alguien hay que acomodarle un espacio. Y ahora resulta que es “grande” ya no es el bebé de la casa, y para los que tienen alrededor de loa 3 años pretenden volver a los panales o la biberón.
Lo más importante entonces para disipar estas conductas y vivir esta maravillosa aventura es involucrar a ese hermano mayor en todo, en la selección de la ropa, en la alimentación del bebé, en el momento del baño. Otra idea genial es hacer juegos de imitación, usando muñecos a los que se les puede cambiar el pañal, le pueden dar de comer, se le puede cambiar la ropa y hasta sacarle a pasear en brazos.
Conversar con ellos tenga la edad que tenga ayuda a involucrarles en el proceso. Hablar de las maravillas, de la compañía de un hermano, de lo pequeño y frágil que será y también conversar sobre la realidad de los bebes recién nacidos, que lloran, que duermen de día y se despiertan de noche, que hay que bañarles y cambiarles el pañal frecuentemente.
Otra de las recomendaciones y muy común es que le den un regalo en nombre del nuevo bebé, algo especial, que sepan que será significativo, para empezar a hacer esa relación más compenetrada, es por ello que también es clave que le permitan que le toque, que le bese, que le acaricie y sentirán ambos que se pertenecen.
Luisana Lopezrojas